Los motores de combustión interna son dispositivos mecánicos en los cuales el encendido y la combustión de la mezcla de combustible y comburente se produce dentro del motor mismo.
El principio de funcionamiento, en general, es el de transformar el movimiento rectilíneo alternativo de uno o varios pistones en un movimiento giratorio del árbol cigüeñal.
Al girar el gigüeñal, cada pistón recorre una distancia denominada carrera, entre el punto muerto inferior PMI y el punto muerto superior PMS y viceversa, distancia que queda determinada por el diseño (configuración de cigüeñal, bielas, pistones y cilindros).
Cuando el pistón alcanza el PMS con ambas válvulas cerradas (válvula de admisión VA y válvula de escape VE), se obtiene la máxima compresión de los gases encerrados en el cilindro, quedando un volumen remanente en la parte superior denominado cámara de combustión, la cual aloja la mezcla combustible.
La cilindrada es la capacidad total de compresión de gases y puede calcularse multiplicando el diámetro del cilindro por la carrera y por el número de cilindros. La cilindrada es un factor que indica (en volúmen) la cantidad de mezcla combustible que puede transformarse en energía mecánica a partir de la energía química. En general puede afirmarse que la cilindrada es una medida de la potencia que puede generar el motor.
La energía que produce el movimiento rotativo del cigüeñal surge en los cilindros, a partir de la expansión de los gases presentes en la cámara de combustión y debido a la ignición de la mezcla. Estos gases en expansión impulsan a los respectivos pistones en dirección al PMI, haciendo girar al árbol cigüeñal por medio de las bielas que los unen.
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